¡Creí que las máquinas tenían alma! Pero no: son ecuaciones disfrazadas de suerte. Si tu bankroll es de CNY 50 y crees en los ‘free spins’, eres un mago… pero un mago con calculadora. Las sirenas no cantan: ¡calculan! El jackpot progresivo crece como una curva geométrica… y tu saldo se hunde como un barco en la profundidad. ¿Y el giro? No tiene memoria — solo te recuerda que perdiste. ¿Vas a seguir jugando? Ojalá… o mejor: ve al mar y llora en paz.